HISTORIA

HISTORIA DEL MUNICIPIO DE JACALA DE LEDEZMA

En el año de 1784, la población de Jacala fue elevada al rango de Alcaldía Mayor, dependiendo de ella Pacula y sus barrios. En 1804 deja de pertenecer administrativamente a la Intendencia de Veracruz y pasa a pertenecer a la Intendencia de México.
El 15 de febrero de 1826, se creó la Municipalidad de Jacala, formando parte del mismo municipio las regiones de Pacula, Jacala, La Misión, San José Tampochocho (hoy Pisaflores), y San Pedro Xochicoaco, las que poco a poco fueron logrando ser municipios.
En 1866, Chapuluacán se incorpora al Distrito de Jacala. Por gestiones del distinguido Jacalteca Don Félix Rubio en 1867, fue declarada Villa de Jacala con él título de Ledezma en 1968. En la época Prehispánica, en Mesoamérica habitaban grupos nómadas cazadores y recolectores, llamados "Chichimecas", que en lengua náhuatl significa "Linaje de Perros".
Mientras que, en la planicie, donde hoy se conoce como Valle del Mezquital, habitaban los "Otomíes", seres intransigentes que deseaban mantener sus costumbres y tradiciones. Los Chichimecas y los Otomíes, que ocupaban los montes y serranías, era gente bárbara, que habitaba en cavernas y vivían de la caza y recolección de frutas de árboles silvestres, diestros en el uso de flechas, los que aprovechaban las asperezas y ventajas de la montaña para vivir y ocultarse, eran enemigos de la sujeción, y se contentaban con no dejarse vencer, aspirando solo a conservar entre las fieras su libertad.
Los Chichimecas que habitaban la Sierra Gorda, se mezclaron con grupos Otomíes, que huían de la sujeción, Azteca y del pago de tributos, uniéndose a Nahoas salvajes llamados, "Chichimecas Jonaces". Por relatos, que cuentan los habitantes de Jacala, mencionan que a tres horas existe una cueva que parece piedra derretida, y que usó en tiempos Prehispánicos el Emperador Moctezuma para guardar el oro que llevaba de Jacala a la Misión, como pago de tributos Aztecas.
Los municipios de Chapulhuacán, Pisaflores, Pacula, La Misión y Jacala, estaban bajo el dominio del Señor de Metztitlán, de origen Azteca o mexicano, influyendo en los nombres de las comunidades. De la misma manera que el resto del país, la conquista de México, originó la invasión de las tierras del municipio de Jacala por extranjeros españoles, cuya ambición alentaba a grupos audaces que se adentraban en las Sierras en busca de fortuna, ambición que propició la promulgación el 9 de noviembre de 1526, de la Real Cédula de Granada, la que establece: Que toda persona Cristiana Española o Natural de ella, podían sacar oro o plata por su persona, esclavos o criados, en cualquier mina que hallasen o por bien tuvieran. La que nunca funcionó debido a la desmedida codicia y ansia de poder de los españoles, que no les permitía pagar el impuesto del "Quinto Real" a la Corona Española. Los indígenas fueron convertidos en tamemes y usados en la explotación minera, remunerándolos de manera ínfima, lo que dificultaba su mantenimiento.
Los Chichimecas tenían razones de sobra para guerrear, ya que estaban siendo invadidos por extranjeros quitándoles la tierra que les había pertenecido por siglos y destruyendo su medio ambiente que les permitía vivir de la caza y recolección de frutos silvestres, acabando con su orgullo de raza. Por todas las razones anteriores, es que los indios Chichimecas preferían morir en combate antes que ceder su libertad y ser esclavizados, por lo que no perdonaban la vida de ningún español, fuera hombre, mujer o niño, matándolos y arrancándoles su cabellera, a los niños más pequeños los tomaban de los pies y los azotaban contra el piso o una piedra hasta que les brotaban los sesos.
En el año de 1570 los indios Jonaces arrasan Chichicaxtla, destruyendo el templo, el monasterio y hasta los cimientos de las casas, huyendo sus habitantes a Tlahuiltepa, bajo la protección del Señorío de Metztitlán. En 1585, los mismos Jonaces invadieron Zimapán, acción que da origen al nombramiento de Don Juan Velázquez de Salazar y de Don Antonio Valdés, como representantes de los residentes Españoles en la región y acudir ante el Tercer Concilio que se realizaba en México para pedir auxilio, haciéndoles la guerra a los Chichimecas Jonaces, lo que sucedió hasta después de un Siglo, por lo que en 1715 el Virreinato los mandó juzgar mediante el Coronel Don Gabriel Guerrero Ardillas y el Capitán Don Gerónimo de Labra; quien habría de ser nombrado como el "Protector Reformado de los Indios Jonaces de las Sierra Gorda", protagonizando sangrientas batallas en contra de estos indios indómitos, pero sin mucho éxito ya que realmente no existió ningún claro vencedor de estas batallas, motivo por el que se firma el convenio "Paz Maconí".
En 1670 el español don Gaspar Rubio envía escribanos y topógrafos a reconocer los vastos terrenos que hoy ocupa Jacala y pueblos vecinos, encontrando en Jacala un pequeño arroyo, procedente de los manantiales de El Toribio y El Sabino al pie de la "Cuesta" donde más tarde se construirían las pilas, las que en la actualidad se pueden observar en la parte trasera de la Presidencia Municipal.
Junto a aquel arroyo y al pie de la "Cuesta" existían unas rudimentarias cabañas que los indios Chichimecas Jonaces tenían para guarecerse de la inclemencia del clima cuando andaban de cacería, por lo que llamaron al sitio "Xacallan" que significa "Lugar de Jacales”. 
Así fue registrado por los escribanos y topógrafos que levantaron los planos de aquellas tierras ahora propiedades de Don Gaspar Rubio, enterándose más tarde que los Chichimecas Jonaces le llamaban aquel lugar "Comashquia" que significa en mexicano "Xacal" y en español "Cabaña o Choza".
El 10 de Septiembre de 1680, Don Gaspar Rubio y su esposa Doña Catarina Sánchez Visuet, procedentes de Zimapán y la Encarnación hacen un alto en su camino hacia Jacala en un valle llamado "Tilcuautla" lugar de enebros, capulines, mezquites, huizache, frutillas, tepehuajes y guayacanes, al que nombran "San Nicolás Tolentino" por conmemorarse al santo ese día, de la misma forma dan nombre a una barranca de muchos carrizos y guayabos poniéndole "Guayabos" y una más arriba de ese lugar llamándola "Barranca Arriba". Don Gaspar Rubio fue personalmente quien trazó las Haciendas, Hogares de sus servidores y una gran plaza, así como también le dio a un fraile un predio para la construcción de un templo. Extiende sus exploraciones y nuevamente se encuentra con el manantial que procede de "El Toribio" al pie del cerro de "La Peña", cerca del "Puerto del Mocroño" actualmente "El Puerto de Horcones", descubriendo vetas de rico mineral de buena ley en cobre, plomo, plata y oro, llamándole "Cerro de las Maravillas".
En la hendidura que se forma entre el cerro del "Toribio" y el de "Maravillas" se pueden ver aún las Haciendas construidas por los primeros españoles, así como en el "Puerto de los Frijoles", al sur de Jacala. El Capitán Don Gerónimo de Labra, Protector General y Reformado de los Indios Chichimecas Jonaces de la Sierra Gorda, divide a la región en tres partes, cada una con indios de características muy particulares, La Nación de los Ximpeses, la de los Pames y la de los Chichimecas.
La Nación de los Ximpeses, es de naturaleza dócil, sin traición posible, situada en el paraje "Pujingia" sujetos a la doctrina de Xalpa administrada por religiosos Agustinos, mudando su residencia posteriormente al paraje de "Aguacatlá, donde se mantienen con su característica quietud. La Nación de los Pames habitan el paraje denominado "Xiliapan"siendo trasladados también por los religiosos Agustinos al paraje llamado Pacula donde permanecen hasta el día de hoy.
La Nación de los Chichimecas Jonaces, es indómita y rebelde, nombre que en el idioma de los Ximpenses y Pames significa "Come Caballo", su lugar de residencia son los parajes llamados, Estoras, San Cristóbal, Las Ranas, Maconí, Santa María, Cerro Prieto, Las Trincheras, San Nicolás, los Piñones y Las Adjuntas.
Esta perversa Nación es la que ha dado tanto que hacer por su naturaleza ociosa, habituados a comer del sudor ajeno, y con licenciosas atrocidades.
Las luchas de Independencia, se hicieron presentes en la Sierra Gorda en enero del año 1811, con acciones militares a cargo de Don Ignacio Muñoz y ayudado por el párroco Joaquín Ugalde, atacan a Jacala encontrando una gran resistencia encabezada por el Sargento Rafael Mancilla, diezmando a los realistas y desalojándolos de Jacala, formando la Primera Sección de Caballería llamada "Dragones de la Sierra Gorda".
El Alcalde Primero, Don Gabriel Mayorga, convoca a los vecinos de Jacala a una reunión y en asamblea general, después de deliberar lo conducente, exponen diversos puntos de vista eminentemente liberales, el 18 de febrero de 1856, se redacta un documento denominado "Acta de Jacala", conteniendo antecedentes históricos de algunas Leyes de Reforma, que tres años más tarde, en 1859, serían promulgadas por Don Benito Juárez en Veracruz. Las discusiones ocuparon a la asamblea todo el día, al final del cual nombraron a Don Cayetano Castellanos y a Don Félix Rubio, para redactar el acta respectiva y como secretario a Don Ricardo Rubio.
El 24 de junio de 1849, los sublevados Queretanos, al mando de Don Francisco Bueno atacan la población de Jacala, encontrando una gran resistencia por parte de la Guardia Nacional la que estaba bajo el mando del Coronel Don Guadalupe Ledezma. El 18 de febrero de 1856, se conocen en la región los conceptos contenidos en el "Acta de Jacala" de ideas liberales, que pedía la separación de "Iglesia-Estado" y la "Libertad de Cultos", considerándose ofendidos los Levíticos de Querétaro, Ixmiquilpan y otros lugares, por lo que acordaron acabar con el núcleo liberal de Jacala.
De igual manera, hubo descontento en la Misión, Cerro Prieto, Cipatla y San Nicolás, estos poblados se unieron a los rebeldes religiosos, dando inicio a una serie de luchas intestinas dentro de la Sierra Gorda.
Los fanáticos clericales del Cerro Prieto, la Misión, Zipatla y San Nicolás, en busca de la consecución de sus propios intereses, logran unirse a los conservadores de Jalpan y a Don Mariano Paulin, jefe de Ixmiquilpan, logrando atacar Jacala el mismo año, la que hubiese sido destruida, de no ser por la oportuna intervención del Coronel Don Felipe Ángeles (padre). Más tarde, cuando las tropas federales se hubieron marchado de Jacala, los rebeldes clericales regresaron saqueando y asaltando la población.
En abril de 1861, los conservadores al mando de Don Tomás Mejía, atacaron Jacala, saqueándola primero para después incendiarla, a su paso para la Misión, atacaron el Pinalito, que de igual manera fue incendiada, aunque no en grandes proporciones como lo harían con la comunidad de los Duraznos, la cual fue arrasada, quedando solo las cenizas.
En julio de 1861, la guarnición nacionalista de Jacala, que apoyaba al legítimo gobierno de Juárez, se encontraba parapetada en Huichapan con la Guardia Nacional de ese lugar, bajo el mando del distinguido Jacalteca, Coronel Don José Guadalupe Ledezma, por el acoso de los rebeldes que apoyaban al Emperador Maximiliano.
Tras una lucha desigual que habría de durar un día completo, salen derrotados los nacionalistas habiendo caído en combate el Coronel Don José Guadalupe Ledezma, en lo que fue una de sus más memorables batallas.
Por esta defensa heroica de la plaza de Huichapan, fueron nombradas Jacala y Huichapan "Hijas Predilectas de la Nación" por Decreto Juarista. En 1862 el General Joaquín R. Martínez, derrota en Jacala al Coronel Juan F. Saldivar quien se había apoderado de la población.
Estas luchas continuaron azotando al país y a región de la Sierra Gorda, la que se organizó y ordenó en un poderoso ejército serrano comandado por el General Don Joaquín R. Martínez, para participar en el sitio de Querétaro, el que duró desde el 8 de marzo hasta el 15 de mayo de 1867. El General Martínez acostumbrado al peligro y en causa para su país, se cuenta estuvo en los sitios de mayor peligro, afrontando los riesgos con su tropa, hasta la toma de la plaza de Querétaro, donde el Emperador Maximiliano rinde espada al General Martínez, el cual rechazó por honestidad, dado que el General en jefe del Sitio era Don Mariano Escobedo.
Después del fusilamiento del Emperador Maximiliano de Habsburgo y los Generales Miguel Miramón y Don Tomás Mejía en el Cerro de las Campanas, Qro. El 19 de junio de 1867, empieza una etapa de tranquilidad para la Sierra Hidalguense, la que terminaría en Jacala, tras el asesinato de jefe político de esta población, Don Manuel Pérez Ocampo en el año de 1888, a manos de un sujeto de San Nicolás, así como la arbitraria posesión de terrenos que se daban a los caciques privilegiados, especialmente del latifundio de Tampochocho, hoy Pisa Flores, encabezando un movimiento rebelde Don Felipe Neri, convocando a los afectados de Zipatla y Palo Semita, ocupando el mando con Don Apolonio Covarrubias. El 25 de marzo de 1889, ambos grupos armados marcharon sobre Jacala, como cabecera y asiento de las autoridades constituidas. El Lic. Joaquín González, quien ocupaba el cargo de Juez de Primera Instancia, repelió valerosamente la agresión para después de apoderarse de Neri y de once de sus compañeros, los que fueron condenados a muerte. Tras esta rebelión el gobierno de Porfirio Díaz, envía delegados especiales para determinar las causas de la rebelión y darle solución.
En 1866, se levanta en armas el llamado Sufragio Efectivo No Reelección" de Francisco I. Madero, el revolucionario Nicolás Flores, abandona sus tierras y propiedades en su natal Pisaflores, para combatir en contra de la dictadura Porfirista, a su lado, los Coroneles Cecilio López y Otilio Villegas distinguido Jacalteca, que se encargaron de la organización militar de voluntarios que afrontaron la lucha junto con los Coroneles y Diputados Constituyentes, Don Alfonso Mayorga. Jacalteca y Don Leopoldo Ruiz, de Pacula, personajes que también contribuyeron a la reorganización de nuestra Patria, al firmar en representación de los habitantes de la Sierras Gorda, la Constitución Mexicana del 15 de febrero de 1917.
En mayo de 1811, al mando de un grupo de revolucionarios, Don Nicolás Flores, ocupa las poblaciones de Chapulhuacán, Pisaflores y la Misión, apoderándose también de Jacala y avanza hacia Zimapán e Ixmiquilpan.
En 1913 Victoriano Huerta toma la Presidencia de la República nombrando al General Agustín Sanginés como Gobernador del Estado de Hidalgo. En este mismo año, nuevamente la Sierra Gorda se levanta en armas, Don Nicolás Flores al lado del General Otilio Villegas, Don Alfonso Mayorga y Don Leopoldo Ruíz, realizan las siguientes acciones revolucionarias.
Junio del 16 al 19 de 1913.- Las fuerzas revolucionarias sitian la Plaza de Jacala, en contra de las fuerzas federales del Capitán Epigmenio Martínez que se encontraba en su poder.
Julio 19 de 1913.- Las fuerzas revolucionarias del General Flores, combaten en la comunidad de Zipatla, municipio de La Misión, en contra de las fuerzas federales que venían capitaneadas por el General José Pérez Castro.
Julio 30 de 1913.- Nuevamente enfrentan a las fuerzas federales del General José Pérez Castro, ahora en el "Puerto de Piedra", municipio de Jacala.
Enero 6 de 1914.- En el Puerto de Horcones, municipio de Jacala, las fuerzas del General Flores, combaten contra las fuerzas federales que se encontraban bajo el mando del Teniente Coronel Alberto Orozco.
Junio 27 de 1914.- Las fuerzas revolucionarias ocupan la Plaza de Zimapán, realizando enfrentamientos contra el Teniente Coronel Orozco en las comunidades de Xita, Tasquillo y el Puerto de La Oreja.
Julio 11 de 1914.- Los revolucionarios atacan la Plaza de Ixmiquilpan.
Julio 22 de 1914.- Los revolucionarios de la Sierra Gorda, ocupan la Plaza de Actopan.
Julio 27 de 1914.- Culminan las aspiraciones del General Flores, al tomar la importante Plaza de Pachuca. Las fuerzas del General Flores, toman la Plaza Sangines, abandona el poder estatal, en ese año ante el acoso de las tropas serranas, siendo elegido Gobernador Provisional el General Don Nicolás Flores.
En 1917, Don Nicolás Flores deja el puesto provisional y se lanza como candidato al Gobierno Constitucional del Estado de Hidalgo, el que logra satisfactoriamente.
El 21 de septiembre de 1920, el Gobernador Don Nicolás Flores, promulga la Constitución Política del Estado. Con la llegada del General Flores a la Gubernatura del Estado, fue nombrado el General Otilio Villegas, como Jefe de las Operaciones Militares en el Estado. Dicho militar Jacalteca, combatió al lado de Don Alfonso Mayorga, en Santa Ana de Allende, municipio de Chapuluacán, en 1913 en contra de las fuerzas federales comandadas por el Teniente Coronel Cristóbal Rodríguez.
En febrero de 1915, ocupa la Plaza de Zimapán que se encontraba en manos de los Villistas bajo el mando del General Enrique Lara, El General Otilio Villegas, llegó a ser Presidente Municipal de Jacala en 1922, año en que el General Porfirio Rubio, se hacía llamar Jefe de la Defensa Social de ese lugar, se alza contra el gobierno y se apodera del Pueblo de La Misión, quien más tarde es vencido en las cercanías de Chapulhuacán, por el Ejército Nacional. 

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